Chào các bạn! Truyen4U chính thức đã quay trở lại rồi đây!^^. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền Truyen4U.Com này nhé! Mãi yêu... ♥

Al destejer las olas para entender el amor

La brisa de la tarde hacía que las crines de las olas lucieran más altivas que de costumbre. En mis manos, entretanto, tenía una carta de mi enamorada, la cual tenía la seña distintiva del intensísimo carmín de sus labios. El agua de las olas arropaba instantes, fragancias, sentires y recuerdos y, aun así, tuve un mal presentimiento. Aquella carta no sabía ni a inicio ni a despedida, pero mi mal presentimiento surgía de la violencia y la maldad inscrita en el corazón de los Estrella Roja, un grupo de antisociales que tenían una muy bien encubierta campaña de odio montada en mi contra desde que me enamoré de una de sus integrantes. En más de una ocasión estuve a punto de interponerles alguna acción legal, pero siempre había carecido de pruebas para ello. Nada, ni siquiera una frase dicha por ellos.  La historia de Romeo y Julieta y la rivalidad entre los Capuleto y los Montesco no es tan trágica como parece. Al menos Romeo y Julieta estuvieron siempre seguros de su amor. Si los Capuleto hubiesen sido mucho más mezquinos hubiesen envenenado el ser de Julieta difamando a Romeo, haciéndole creer a ella cualquier cosa negativa de él o distorsionando algo que él hubiese dicho o hecho. Las personas en la vida real son capaces de una maldad mayor y más solapada que la de la ficción literaria. Hemos quienes siempre procuramos mantener una ética humana que se sustente en el correcto hacer de las cosas, pero ante ciertos actos de mezquindad ello no es suficiente. De repente, una hoja verdiocre de algún árbol cercano cayó al agua del mar. Quise dibujar entonces con mis ojos unas manos que salieran de las aguas y tomaran aquella hoja y la leyeran. Unas aguas que luego bailarían bañadas de vida y enfermas de amor. Pero yo tenía mi propia carta. Sospechaba que los antisociales habían contaminado el ser de mi Julieta. Debía salir de la duda. Abrí la carta, y, en ese instante, el amanecer incendiado de mis ojos perplejos entendió la promesa que tenía ante mí. La hoja estaba en blanco. Invitaba a escribir una historia que fuera lúcida y hermosa.
(Miguel Ángel Guerrero Ramos, Bogotá).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen4U.Com